Pues... ya era hora... después de 3 años.... de volver a hacer algo...
Después de pasar bastante tiempo sin entender lo que pasaba, sin disfrutar del deporte de mi vida, después de varios intentos fallidos de volver al deporte... Nunca pensamos en qué pasará después de tantos años dedicados en cuerpo y alma a entrenar y a competir, a buscar un objetivo que parezca imposible, a que tu vida gire en torno a él.
Un día desperté de un sueño. Un deportista que disfruta y que trabaja obsesionado por ser cada vez mejor, que lucha y que suda lo que no está escrito para ganar al rival y conseguir sus metas. Un deportista que vivía a tope en la cresta de la ola, con sus altos y sus bajos, pero privilegiado de todas formas por poder comer de su deporte, de su pasión... y me encontré en la vida real, ¿y ahora qué?
Busca un hogar, un trabajo, busca amigos tan cercanos y tan reales como tus compañeros de deporte..., en definitiva, busca tu sitio... parece fácil. Pues a mi me parece más fácil sobrevivir a uno de esos entrenamientos de todo el día a tope en Sierra Nevada...
Después de tres años viendo que mi familia y mi pareja intentaban hacerme ver que donde yo estoy a gusto es en el agua y yo no quería nada más que mojarme los pies...
Por fin, por fin me he dado cuenta, de que donde estoy más cómoda es en remojo... Vuelvo a competir, no en mi mejor forma, porque si algo me ha enseñado mi cuerpo es que necesita trabajo de fuego lento... pero vuelvo a competir... y en un gran Desafío...
El Desafío Doñana 2017, donde formaré parte de un equipazo con dos pedazo de mujeres del TriTrainingWug.
Sólo me queda, estar agradecida a todos los que me habéis ayudado en éste reto. No solo para nadar en el Desafío, sino en el reto de la vida real.
Gracias a Chicles Wug por apostar por nosotras, sin duda va a ser una gran experiencia.
Gracias a Naturfactory por devolverme a los buenos hábitos de la nutrición. Lo fácil que es acostumbrarse a comer mal... y lo que cuesta volver a la línea...