sábado, 14 de octubre de 2017

Simplemente Jan!

Una de las cosas que más fastidian cuando tienes que marchar fuera de tu ciudad a trabajar, es estar lejos de la familia. 

A veces, cuando vuelves a hacer una visita, parece que nada haya cambiado, pero lo cierto es que el tiempo pasa, y no podemos disfrutar de ellos mas allá del teléfono.

Hay familiares que nos recuerdan la gran "putada" (perdón por la palabra) que es estar fuera... Unos son los abuelos y abuelas, que al verte se emocionan, que haces felices solo con ir a verlos un rato, que se ponen contentos si dejas que te pongan la merienda en la mesa... 

Los otros son los niños. Ellos no esperan a que vayas a verlos para crecer, para aprender a gatear, andar, hablar... no poder verlos crecer es una de las cosas que hacen más pesado estar lejos.

Por eso, después de dos años sin pisar Barcelona, como no me iba a acordar de llevarle un pequeño regalo al más peque de la familia. Siete meses después de nacer, por fin te conocimos este verano!